Zen, el aquí y el ahora cuando se hace la tesis

Zen, el aquí y el ahora cuando se hace la tesis

​Conciencia plena, meditación o control de pensamientos, son conceptos que están sonando en la cotidianidad del ambiente académico. Profesores y estudiantes perfeccionan sus técnicas de enseñanza y aprendizaje fascinados con el conocimiento, pero cuando de hacer la tesis se trata, se pone a prueba lo aprendido, practicar lo que se predica y asumir el reto de enfocarse y resistir los ladrones de energía mental y emocional en este trance tan exigente como lo es hacer investigación con el propósito de obtener el grado universitario. 

​La temática de la filosofía Zen y la meditación mindfulness es amplia y diversa, pero en este caso vamos a tomar ciertas herramientas y conocimientos para llevarlos a una situación concreta, la elaboración de la tesis, porque es allí cuando necesitas encontrar el foco, ser capaz de crear un ambiente idóneo para el estudio y la concentración, ser planificado y ordenado en la metodología de investigación y mantener la serenidad necesaria para ir cumpliendo la programación a pesar de los factores amenazantes  tales como elementos distractores, fallas en la tecnología, limitaciones en la búsqueda de fuentes, compromisos personales y otros. Veamos qué tiene el Zen para el tesista.

Cinco minutos de Zen es suficiente

Te propongo este pequeño reto que con un mínimo esfuerzo irá mejorando paso a paso, como lo dice kaizen. El punto es que comiences a meditar por cinco minutos ¿no llegas ni a uno?, no importa, pero comenzaste, sólo sigue, además tendrás un valor agregado con esta práctica porque desarrollarás disciplina y hábito. No es nada nuevo y de hecho, lo haces todo el tiempo y ni sabías que estabas en un nivel de conciencia, pensando en nada, así como cuando de repente te quedas distraído escuchando un sonido y mirando la nada y viene alguien y se da cuenta y te saca de la abstracción, del paroxismo y vuelves al tumulto.

La diferencia está en que ese estado de quietud sin dejar de estar atento, se hace intencionalmente, parece sencillo pero no te equivoques, requiere investigar, practicar y mejorar, igual que cuando haces la tesis, buscas fuentes, datos, información, organizas, vuelves a leer y así vas dedicándole tiempo de calidad. Tus habilidades de investigador van mejorando y cada encuentro con el tutor, la capacidad de comprensión, respuesta y defensa son más rápidas y acertadas.

Todo se aprende.  Kavindu (2013), en su libro Mindfulness la meditación de conciencia plena, explica que para llegar a la conciencia plena se debe pasar por ciertos niveles siendo el primero, las acciones sutiles que dependen totalmente de ti y lo inicias con un primer paso, la actitud hacia la práctica meditativa que surge en respuesta a esa necesidad de soltar la tensión para encontrar la paz y claridad que requieres para emprender la investigación y comenzar a hacer tu tesis.

Pensarás…no me voy a poner a meditar a estas alturas con tanto estrés y apurado con la tesis, sí, ya sé que no es una actividad utilitaria en sentido convencional, pero de eso se trata, quizás si lo haces, encuentres una mejoría en ese nivel de ansiedad, te aclares y tomes el control de esas emociones siendo consciente de tu responsabilidad y de una realidad que no debes evadir; la fecha de entrega. Por cierto, si quieres saber cómo hacer una sesión de meditación en quietud sentado (porque se puede hacer caminando o acostado), Kavindu lo explica en su libro, información abunda, encuentra la más amigable, la que entiendas y te anime.

Pensando en no pensar

Martín (2015) en su libro Practicando el Zen libera esta interrogante ¿Qué puede ofrecer el Zen al hombre del siglo XXI?, y responde: lo más importante que nos ofrece esta senda es enseñarnos a vivir y a valorar aquello que tenemos “aquí y ahora”. Desde la perspectiva del Zen, la vida cotidiana tiene una importancia trascendental porque se convierte en la senda del despertar, por eso mediante la práctica de la meditación se busca que logres estar despierto, atento, consciente con una mente clara.

Cuando comienzas a hacer la tesis, la mente se carga no sólo de información, preocupación por hacerlo bien, ansiedad por no saber qué dirá el tutor o los jurados, en fin, un mundo de situaciones que sólo tú puedes darle la forma de conflicto sin solución, de allí el tema del síndrome Todo Menos Tesis que bien te puede llevar al abandono de la investigación lo que impacta en la obtención del título universitario, cuestión grave si eso forma parte de tus metas personales, por eso, no ignores el Zen y valora su utilidad práctica como una forma de vivir que se concreta en tres palabras: “esto, aquí, ahora”.

Trungpa (2016) en su libro  Mindfulness en acción, menciona algunas ventajas  de la práctica del mindfulness como por ejemplo; reducción del estrés, aumento de la concentración y un sentido general de bienestar, para lo cotidiano como asumir el reto de la tesis, con manejar el estrés para impulsarte, es suficiente.

Donde quiera que vayas, ahí estás.

Esta frase la tomé del libro de Kabat-Zinn (2017) Mindfulness en la vida cotidiana que en su introducción dice “sea lo que sea en lo que esté pensando ahora, eso es lo que hay en su mente”. Bien, aprovecha que estás en ese momento, haciendo investigación.

Siente tu tema, ama tu trabajo, encuéntrale sentido y será natural defender la tesis. Las experiencias amargas y sinsabores que experimentaste desde que estás estudiando, simplemente ya pasaron y aprendiste algo para hacerlo mejor, tampoco es sano pensar y pensar con miedo en mañana o pasado cuando revisen tu trabajo diciéndote una y otra vez ¿qué me dirá?, y peor aún, afirmando, “seguro que no le gusta, me va a decir que está mal lo que hice, esto es horrible…deberían eliminar las tesis”, y así una suerte de conjuros para crear la tormenta perfecta que seguro si le pones más empeño negativo, va a suceder porque la actitud de derrotado e inseguridad, cuenta, es lo que se llama;  profecía autocumplida.

Porqué pagar un precio tan alto al encerrarte en suposiciones erróneas. Toma consciencia de esos pensamientos, céntrate en el presente y date cuenta de lo que puedes y eres capaz de hacer, aprovecho para recordarte el tema de la inteligencia emocional y su sustento teórico y pragmático donde hay pruebas de algo que se llama autoeficacia, no lo olvides, al igual que los estudios sobre resiliencia donde se parte de la aceptación y comprensión de la realidad, te traigo estos recordatorios científicos porque ya que estamos en el terreno del Zen y la meditación, no creas que vas a aprobar la tesis con magia, aquí está tu cable a tierra.

La meditación en palabras de Kabat-Zinn “consiste simplemente en ser nosotros mismos y tener un cierto conocimiento acerca de quiénes somos”, por eso, desarrolla la práctica de la atención plena en esta coyuntura tan especial como lo es el momento de hacer investigación para tu tesis.

Desaprender para aprender

Y es que esa es la vida y así la conciencia. Osho (2018) en su libro Mindfulness en el mundo moderno dice que un pensamiento no es un accidente, sino que crea una cadena y ésta no hace más que acumular eslabones, así mismo resalta que la concentración es la mente enfocada en un solo punto lo que te permite profundizar en un objeto determinado.

Por eso, a propósito de la consciencia o la atención plena cuando haces algo importante en este momento como lo es tu tesis, mantente alerta, cree en ti mismo, cuestiónate y decídete a reconocer las prácticas y las creencias que ya no te funcionan, desaprende para aprender nuevas prácticas, herramientas y métodos de te den autoconfianza, seguridad en ti mismo y autovaloración, de allí que si no sabes qué es, qué significa y cuál es la utilidad de la meditación, es un buen momento para desaprender y aprender.  

Por: Francis Rodriguez
@comohacerunatesis

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