Como respuesta a la pandemia del Covid-19 y el estado de cuarentena que han propuesto los Gobiernos como acción a tomar, las jornadas laborales han tenido que migrar de una modalidad presencial, al trabajo remoto, mudando las oficinas en corporaciones que albergaban a más de mil empleados, a improvisados rincones del hogar para dedicar a las tareas laborales, y en muchas ocasiones con flexibilidad de horarios.
Esta modalidad no nace como respuesta ante esta situación, los conocidos teletrabajos ya venían presentando un porcentaje importante del mercado laboral por la facilidad y avance de las tecnologías, que permiten el contacto entre personas separadas por kilómetros de distancia, con el único requerimiento de poder conectarse a una red que provea internet y un dispositivo electrónico compatible. Y con el auge del trabajo a distancia, también se puede hablar de la flexibilidad horaria que ofrecen la mayoría de estas, basados en una estructura de cumplimiento de objetivos y metas.
Pero a pesar de que la flexibilidad horaria es el sueño de muchas personas cuando ingresan al mundo laboral, su proceder puede no ser tan sencillo, esto dependerá en gran parte de sus buenos hábitos para organizarse; de lo contrario puede resultar catastrófico.
Sobre el cuándo y cuánto
El exceso de trabajo puede derivar en niveles de estrés y ansiedad altos, a causa del temor de no poder cumplir con toda la lista de tareas pendientes, pero quizás esto se deba a un simple factor, que es la gestión del tiempo, muchas veces esto sucede por el mal hábito de la procrastinación, es decir, el aplazar las actividades ya sea por temor o por pereza, aunque esta como toda costumbre se puede corregir, y un gran paso para comenzar a combatirlo es precisamente la organización de la jornada en horarios que permitan administrar las tareas.
La Real Academia Española define el horario como: “tiempo durante el cual se desarrolla habitual o regularmente una acción o se realiza una actividad”, y también como “cuadro indicador de las horas en que deben ejecutarse determinadas actividades”, es decir, una herramienta que permite responder adecuadamente a las interrogantes cuándo y cuánto. Cuándo realizar la tarea –el momento del día apartado para su cumplimiento- y cuánto tiempo estimado se coloca como meta el realizar esa labor.
Aunque los trabajos que ofrecen este tiempo flexible no exigen que se cumpla con horas establecidas para realizar las tareas, es importante mantener un horario personal, que permita el equilibrio entre las distintas actividades que se realizan durante el día. El resultado principal que se obtiene de poner en práctica esta labor, es precisamente aumentar los niveles de productividad, debido a un mejor aprovechamiento del tiempo.
Planificación y productividad
La planificación semanal o diaria es recomendable realizarla cada determinado tiempo, es decir, dedicar algún espacio de la jornada, ya sea una hora o treinta minutos, a escribir una lista de actividades pendientes que se debe cumplir y priorizar entre ellas, identificar cuáles están próximos a entregarse, o que requieran una mayor inversión de tiempo debido a su complejidad, y colocarlas en la cima de la lista.
A partir de allí será el punto de partida para trazar un horario, tomando en consideración la duración que requiere cumplir la tarea y la urgencia de atención, pero es también necesario tener presente los tiempos personales, incluyendo los intervalos de descanso, para alimentarse, y por supuesto, la hora de dormir.
La buena gestión del tiempo y la organización que provee un horario tiene efectos positivos y concluyentes en la productividad, porque actúa en condición de brújula que indicará los pequeños pasos a dar para cumplir exitosamente todas nuestras labores, en eso consiste, distribuir las 24 horas que nos otorga el día de una manera más eficiente, respetando los tiempos personales, evitando el estrés por la acumulación de tareas a entregar con un pequeño margen antes de la entrega final, y otorgando una mayor atención a los detalles en la actividad que se realiza.
Autor: Dubraska Lanza