¿Quién no ha disfrutado estar en un buen evento, una conferencia de prensa o simplemente un cóctel? La mayoría de los eventos que son exitosos tienen varias características en común, por ejemplo, que han tenido en la fase de organización al menos una persona encargada de cuidar todos los detalles de la logística y quien se ha encargado en transformar un concepto o idea en algo tangible y que realmente logra deleitar a los asistentes.
Las relaciones institucionales han sido y siempre serán la piedra angular que define el éxito de todo negocio, no importa el rubro, el capital o la intención final de una compañía, producto o servicio, las relaciones institucionales marcan la pauta, ya que a través de ellas se ejecuta una función estratégica, la de conectar las partes.
¿Qué hace un director de relaciones institucionales?
La persona encargada de dirigir las estrategias de relaciones institucionales debe entre otras cosas:
- Definir objetivos y desarrollar programas que fortalezcan la relación de la empresa con otras instituciones, empresas u organismos públicos y privados.
- Generar los llamados marcos de colaboración y establecer convenios que refuercen los valores y la misión de la organización.
- Dirigir y desarrollar la normativa protocolaria de la organización en actos instituciones y toda clase de eventos.
- Gestionar eventos y actividades en coordinación con el equipo de marketing y comunicaciones.
¿Cuál es el perfil de un relacionista?
Las organizaciones y empresas buscan aptitudes bien definidas en los relacionistas, ya que estos influyen en gran parte en socios estratégicos que influyen en las decisiones de negocio. Algunas de las características que definen a un buen relacionista son:
- Formación interdisciplinaria. El relacionista debe poseer una sólida base en las ciencias de la comunicación, manejo de idiomas y especialmente adaptación a entornos multiculturales.
- Liderazgo y emprendimiento. El desempeño del relacionista debe guiar e inspirar a los colaboradores para lograr alcanzar los objetivos, esto significa que debe ser capaz de adaptarse rápidamente al cambio y trabajar con autonomía y empoderamiento.
- Pensamiento estratégico. Este perfil también debe poseer la capacidad de evaluar y planificar basado en diagnósticos y monitoreos previos, esto significa la realización de mediciones reales del entorno, especialmente en lo relacionado con la inversión de las políticas comunicativas.
- Ética. El carisma y la empatía que transmita el relacionista debe estar fundamentada en mensajes veraces, que provengan de datos e informaciones fidedignas, igualmente la interacción con otros representantes y otras organizaciones debe estar guiada por los valores organizacionales y por la honestidad.
Hay personas que simplemente nacen para ser relacionistas institucionales y para laborar desarrollando protocolo y organización de eventos porque disfrutan enormemente lo que esto significa, pero también comprenden desde un punto de vista profesional y estratégico que la organización de un evento no es cosa simple, sino que requiere de un alto grado de compromiso, visión y creatividad.
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Por Jonathan Castro
@BiologoDigital
Artículo patrocinado.