Para nadie es un secreto que en nuestra sociedad se le otorga un valor importante a la productividad, incluso se tiende a aplaudir las horas de sueño perdidas dedicadas a estas actividades -aunque para nuestra salud puede resultar perjudicial- pero así como es de importante atender las responsabilidades, también lo debería ser apartar un tiempo para el ocio.
Antes de avanzar, es necesario aclarar que el ocio y el tiempo libre son dos conceptos distintos. El tiempo libre se refiere a aquel momento desocupado que se toma luego de haber realizado nuestras obligaciones diarias, mientras que el ocio, la Real Academia Española la define como: “diversión u ocupación reposada, especialmente en obras de ingenio, porque estas se toman regularmente por descanso de otras tareas”.
Se puede observar que el ocio proviene del tiempo libre, sin embargo, cuando se invierte esos minutos sin cumplir alguna obligación, representa un tiempo que busca sobre todo la satisfacción y realización personal.
¿Qué pensaba la cultura griega de ella?
Skholè es la palabra griega que se refiere al ocio, con su derivación al latín schola, son las bases de la palabra que se conoce hoy como la escuela, es decir, que la palabra usada para referirse a la principal institución dedicada a impartir formación a las personas, proviene precisamente de ese resultado del tiempo libre.
Los antiguos griegos le otorgaban al ocio un espacio importante en su cotidianidad, el descanso, los deportes y la contemplación eran vistas como actividades que tenían efectos positivos en la salud. Era en estos ratos libres cuando los filósofos meditaban sobre los temas que aún estudiamos hoy en día, el ocio era una actividad del hombre libre, por eso Aristóteles incluso menciona: “el ocio del espíritu es una forma de libertad”.
Beneficios del ocio para la salud
En la actualidad, la población mundial es atacada por un enemigo silencioso que espera pacientemente desde la oscuridad hasta el momento adecuado para atacar a su víctima, y se presenta con mayor regularidad en algunos individuos más que en otros, y por supuesto, nos referimos al estrés.
La considerada enfermedad del siglo XXI, es causante de diversos cuadros que afectan nuestra salud, como dolores de cabeza, malestares estomacales, altera el sistema inmunológico –y por lo tanto te hace más vulnerable a contraer enfermedades- entre otros, que con el tiempo pueden derivar en afecciones más complejas como, problemas cardíacos, presión arterial alta, diabetes, e incluso pérdida de memoria.
Lo más preocupante sobre esta situación es la cantidad de personas jóvenes afectadas por este mal, donde la mayoría apunta como el causante a la adicción a la tecnología y al trabajo. Es incluso común aquellos que se sienten culpables por sentarse una tarde a disfrutar de películas o leer unas páginas de más del libro que no pueden soltar.
Una respuesta para controlar los niveles de estrés es precisamente el ocio, se ha demostrado que incluirlo dentro de la rutina diaria trae beneficios para la salud física y mental. Dedicar tiempo a actividades de turismo, deporte, cultura, y recreación permite además afianzar las relaciones con otras personas, relajarte, sentirte bien, y conocerte.
Aunque a veces la agenda puede estar llena de compromisos, tareas por cumplir y actividades que no puedes descuidar, es importante realizar una buena gestión del tiempo que te permita un espacio para el disfrute, para que tu cuerpo y mente obtengan un momento de respiro, que después conducirá a una mayor productividad y a aumentar la capacidad de resolución de conflictos. Así que si dispones de un espacio sin obligaciones, no dudes en ver aquella serie que estabas postergando desde hace tanto, visitar la nueva exposición de arte en compañía o solo contigo, sobre todo como premio después de una larga jornada. Porque el ocio, si lo incluyes en tu vida puede llegar a ser un gran amigo.
Autor: Dubraska Lanza